migración
Estimados visitantes, invisibles pero tangibles lectores:
Voy a migrar a una nueva dirección virtual: joseangelgonzalez.com
Era mi vieja web, tengo pagado el alojamiento y, después de trajinar con la maquinaria, he logrado exportar a la nueva url los contenidos que estaban aquí.
Alojaré también mis colaboraciones periodísticas, al menos aquellas por las que siento algo más que la vergüenza cotidiana.
Como no se trata de un adiós, sino de un cambio de domicilio y como dicta la vieja y necesaria moral de la hospitalidad, serán todos ustedes bienvenidos en la nueva casa.
save Mount Sutro
Otro desnortado templo del conocimiento: la University of San Francisco California quiere cortar 30.000 árboles del maravilloso Mount Sutro Forest.
pedradas
En los páramos extremos del altiplano del Tíbet, los caminantes amontonan piedras para celebrar el éxito de una travesía entre montañas. En todas las aceras del mundo con aceras, los niños, astrales, buscadores, arrastran piedras entre las casillas del cielo y la tierra. En el suelo del otro mundo, sin aceras, los cuerpos escriben quebrados poemas, interrumpidos cuando una piedra besa la sombra de una mujer feliz. En las galaxias que nos ciñen, las piedras son de metales desconocidos, amalgamas con propiedades místicas y poderes secretos…
La ciencia de las rocas, sin embargo, la geología antigua, no sabe de nosotros, solos, ciertos, hambrientos de pedradas.
árbol
¿Metafísica?¿Que metafísica tienen estos arboles?
La de ser verdes y copudos y tener ramas
Y dar frutos a su hora —nada que nos haga pensar,
A nosotros, que no podemos dar por ellos.
¿Que metafísica mejor que la suya,
No saber para que viven
Ni saber que no lo sabes?
Fernando Pessoa
Subirme a un árbol, saber que de ningún modo seré víctima del rayo, de la inundación, del reptil, de la melancolía…
Hoy es un buen día para buscar un árbol: la empresa ha comunicado que deja de publicarse la revista que cada mes, a cambio de mis puntuales colaboraciones, me permitía pagar, por ejemplo, la tercera parte de la renta de casa o sufragar los recibos del teléfono, la banda ancha, la electricidad sumados a algunas necesidades o caprichos proletarios…
Hoy es un día para buscar un árbol, pero todos los árboles parecen estar ocupados.
sin misión
La Misión. El nombre tiene raíz religiosa y una etimología militar que turba la paciencia. También marean la convivencia antinatural de lo fancy-hipster, los migrantes buscavidas, los pandilleros (hay balazos en los últimos meses y sangre joven derramada), restos de criollismo light que enarbola banderitas y axiomas mientras cuida como oro en paño el pasaporte del Tio Sam que lleva en la cartera alimentada por grants pagados en dólares.
Cuando llegué a San Francisco quería vivir en La Misión. Ahora no lo haría.
Hice las fotos hace unas horas. No tengo misión.
in need
necesito la oscuridad de tus rodillas
el veinte por ciento de tus intereses, la necedad de las cuentas
necesito nublar el día, secar el labio, agotar el menú
el karma honrado de la espuma de afeitar, la fortuna roja de la saliva
necesito el golpe de corral de Bo Diddley, la máscara veneciana del sapo
cada mañana un trabajo, cada noche un veneno redentor
necesito rezar como si me entrevistases
la extenuación del error
necesito el arranque de bujía de tus hombros
títere doblado